Tomarse unas vacaciones y romper con la rutina diaria, las preocupaciones, el trabajo y el estrés es esencial para nuestro bienestar mental y emocional. Nos permiten desconectar, relajarnos, darnos un respiro, bajar el ritmo y descansar nuestro cuerpo y mente. Sin embargo, las vacaciones también pueden traer consigo ciertos riesgos y situaciones imprevistas. Por suerte, existen los seguros: una poderosa herramienta que nos garantiza disfrutar de nuestras vacaciones con total tranquilidad y sin preocupaciones. Contar con un buen seguro en vacaciones puede convertir una posible crisis en una simple anécdota. Son innumerables las cosas que el seguro puede resolver durante esta merecida época de descanso, diversión y desconexión.
Tener el respaldo de una buena póliza nos permite enfrentar imprevistos con mayor seguridad, ya sea en casa o en cualquier parte del mundo. Nos brindará protección y apoyo en situaciones inesperadas, desde emergencias médicas y problemas con el equipaje hasta incidentes en el hogar. Las experiencias de Ana, Juan, Moncho, Julia, Andrés o Pedro y Marta así lo demuestran.
Problemas de salud preexistentes en vacaciones.
Ana, que padece diabetes, sufrió una crisis durante sus vacaciones en Japón. Aunque se había tomado correctamente su medicación y siguió rigurosamente su dieta, sufrió un desmayo mientras visitaba el Santuario Fushimi Inari de los miles de torii rojos. Su seguro de viaje, que incluía cobertura para condiciones preexistentes, cubrió la atención médica urgente, la consulta con el especialista, los medicamentos adicionales y una noche de hospitalización. Se recuperó satisfactoriamente y pudo continuar su viaje muy aliviada al no tener que enfrentarse a una factura médica astronómica.
Pérdida de equipaje en el aeropuerto.
Juan se sentía muy feliz y emocionado cuando aterrizó en el Aeropuerto Internacional Kingsford Smith de Sídney, su ansiado destino de vacaciones. Pero tras una larga y frustrante espera acabó muy desconcertado, ya que sus maletas no aparecieron en la cinta de equipajes. En ellas estaban todos sus efectos personales, ropa y aparatos tecnológicos. Desesperado, contactó con su corredor de seguros, que le tranquilizó y actuó de inmediato. Gracias al seguro de viajes que tenía contratado, la aseguradora le adelantó una compensación económica para que pudiese comprar ropa y artículos de primera necesidad mientras localizaban su equipaje. Finalmente, sus maletas fueron recuperadas el día después y Juan pudo continuar disfrutando de su viaje de ensueño.
Robo en la vivienda de vacaciones.
Tras pasar un día entero visitando diversos monumentos y museos de la histórica ciudad de Roma, Moncho se dirigió al piso turístico que había alquilado. Este se encontraba a las afueras de la ciudad, en un barrio pintoresco de encantadoras calles estrechas y adoquinadas. Pero nada más intentar abrir la puerta del apartamento descubrió que había sido forzada y, tras un vistazo desde la entrada de la vivienda, que le habían robado su ordenador portátil y otros objetos de valor. Tras informar a su correduría de seguros, la compañía de seguros cubrió el valor de los objetos robados y le proporcionó asistencia para denunciar el robo ante Polizia Stradale. La rápida respuesta y el apoyo financiero del seguro de viaje ayudaron a Moncho a sobrellevar la situación lo mejor posible y continuar conociendo esta maravillosa ciudad italiana.
Cancelación por motivos personales.
A Julia le hacía muchísima ilusión su próximo viaje a Ibiza, donde se celebraba la boda de su mejor amiga Carmen. Había planificado todo meticulosamente, considerando todos los detalles. Pero dos días antes de partir recibió una terrible noticia que no se esperaba: el fallecimiento de su querida abuela. Devastada, tuvo que cancelar su viaje. El seguro de viaje que había contratado cubrió todos los gastos no reembolsables, incluidos los billetes de avión y las reservas de hotel. Gracias a ello, Julia pudo concentrarse en su familia y en el duelo sin preocuparse por la pérdida económica.
Accidente en el extranjero.
Andrés, un enamorado del senderismo y de la aventura, estaba explorando los Alpes cuando sufrió una caída que le causó una seria fractura en el brazo derecho. Su seguro de asistencia en viaje cubrió los costos de la evacuación en helicóptero hasta el hospital más cercano, así como la atención médica, la cirugía necesaria y la hospitalización. Además, recibió asistencia en su idioma y el seguro se hizo cargo de los gastos de desplazamiento de un familiar hasta el centro sanitario donde se encontraba, lo que le aportó mucha tranquilidad durante su recuperación.
Evacuación por fenómenos atmosféricos.
El pasado año, Pedro y Marta estaban disfrutando de unas increíbles vacaciones en una isla de Filipinas cuando la tormenta tropical Jelawat golpeó la región. La evacuación fue necesaria y tuvieron que abandonar su hotel antes de la llegada de la tormenta por recomendación de las autoridades locales. Su seguro de viaje no solo cubrió los costos del regreso anticipado, sino que también les reembolsó los días de alojamiento no utilizados y gestionó su regreso a casa de forma rápida y segura. Gracias al seguro, pudieron manejar la situación con calma y seguridad.
¿Y si paso mis vacaciones en mi segunda residencia?
En ese caso debes contar con un seguro para segundas residencias, un tipo de póliza multirriesgo de hogar adaptable para la protección de las viviendas no habituales. No solo te dará seguridad y tranquilidad durante tus vacaciones, sino que mantendrá protegida tu segunda vivienda durante todo el año. Y es que una casa no habitada se halla más expuesta a sufrir averías por desuso, robos, actos vandálicos o daños por fenómenos atmosféricos.
Y si este año no tienes planeado veranear en tu segunda residencia y has decidido ponerla en alquiler, es importante comunicárselo a la aseguradora para suscribir una póliza adecuada. Además del seguro del hogar, necesitarás contratar un seguro de alquiler contra impagos.
Si tienes alguna duda, ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos. En la Correduría de Seguros José Silva hacemos fácil lo complejo.
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