Las Comunidades Energéticas son un concepto innovador con la pretensión de producir y consumir energía de forma sostenible. Sus objetivos son reducir costes y mejorar la resiliencia energética, además de alcanzar un impacto positivo en el medio ambiente. Tanto es así, que las Comunidades Energéticas podrían desempeñar un papel trascendental en la transición hacia un futuro energético más sostenible y justo, siempre que cuenten con el apoyo adecuado de gobiernos y reguladores. Sin su impulso, cualquier esfuerzo será estéril.
Las Comunidades Energéticas han sido reconocidas legalmente dentro del Clean energy for all Europeans package. Países como Alemania, Dinamarca, Francia, Polonia y Reino Unido ya han implementado políticas y programas para fomentar y apoyar su desarrollo. En nuestro país, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 contempla las Comunidades Energéticas como un actor clave para la transición ecológica y energética.
Al ser una manera de autoconsumo colectivo en el que todos los participantes son dueños de la energía que producen, es un modelo que resulta válido para cualquier colectivo independientemente de su tamaño. Incluso para las Comunidades de Propietarios.
¿Qué son las Comunidades Energéticas?
Cuando hablamos de Comunidad Energética nos referimos a una entidad jurídica que produce energía para uso individual o colectivo en el mismo lugar donde se ha generado y cuyos beneficios ambientales, sociales y económicos son para los miembros de la comunidad.
Sus objetivos principales son reducir la dependencia de los combustibles fósiles, de la red eléctrica centralizada y promover el uso de energías renovables más limpias. También aumentar la participación ciudadana y la eficiencia energética, así como crear un entorno sostenible. Pueden formarse con diferentes estructuras, incluso entre los propios vecinos con otras comunidades o con entidades locales externas.
Para ello, deben cumplir las siguientes características generales:
- Propósito: los beneficios económicos obtenidos de la comunidad energética deben destinarse al ahorro económico de los miembros de la comunidad y al desarrollo social del entorno.
- Propiedad y control: todos los miembros deben participar de manera activa, esta es una de sus flaquezas. Por otro lado, el nivel de producción no podrá superar el nivel de consumo.
- Gobernanza: la participación es abierta y voluntaria. Para asegurar la autonomía, la toma de decisiones interna debe ser democrática y participativa, esta una de sus fortalezas.
Beneficios de las Comunidades Energéticas.
Las Comunidades Energéticas giran alrededor del beneficio de la comunidad y su sostenibilidad medioambiental, social y económica. Según el informe “Community Energy: A practical guide to reclaiming power”, sus ventajas podrían resumirse en:
- Reemplazo de los combustibles fósiles y disminución de la huella de carbono a nivel local, con incremento de la eficiencia energética.
- Oportunidades para la inversión colectiva en el desarrollo de fuentes de energía renovable, con la participación de la comunidad.
- Posibilidad de reducir la pobreza energética y la morosidad, al obtener precios más bajos para los propietarios y demás residentes. Fomento del crecimiento económico local y fortalecimiento de los lazos comunitarios.
- Redistribución de los beneficios, que en su mayor parte se quedan dentro de la comunidad local.
Comunidades Energéticas: ¿una solución para las Comunidades de Propietarios?
En la actualidad, las Comunidades de Propietarios se enfrentan a los altos costos de energía y la necesidad de realizar mejoras energéticas en sus edificios. Sin embargo, no cuentan con los recursos necesarios para ello por la diversidad económica de sus miembros. Aunque uno pueda elegir a sus vecinos, no siempre las circunstancias vitales discurren en paralelo.
Las Comunidades Energéticas pueden ofrecer una solución colaborativa y sostenible a estos desafíos. En lugar de que cada propietario realice mejoras energéticas individuales, la comunidad puede trabajar en conjunto para instalar paneles solares en el tejado del edificio, un sistema de calefacción y refrigeración centralizado o incluso sistemas de almacenamiento de energía con el fin de reducir la dependencia de la red eléctrica.
Además, estas soluciones pueden mejorar la calidad de vida de los propietarios y aumentar el valor de la propiedad.
Es muy importante tener en cuenta que el desarrollo de una Comunidad Energética para una Comunidad de Propietarios o varias, requiere un proceso de planificación, participación cuidadosa y conocer los desafíos y posibles riesgos. Los propietarios deben estar dispuestos a trabajar juntos y a comprometerse con la inversión y el mantenimiento de la infraestructura necesaria.
Por estos motivos resulta esencial que la Comunidad de Propietarios cuente con la coordinación de una Comisión de Trabajo, cuya labor será completa desde el inicio hasta el final de las actuaciones. Igualmente, que se apoye en expertos como el Administrador de Fincas Colegiado, para garantizar que se cumplan todas las normativas legales y vigilar los aspectos económicos, y una correduría de seguros que elabore un mapa de riesgos, diseñe una hoja de ruta segura sobre los mejores productos aseguradores y realice la función de Gerencia de Riesgos. También será necesaria la figura del Agente Rehabilitador que ayude a llevar a cabo el proyecto y poder beneficiarse de las ayudas públicas y preparare toda la documentación de las medidas adoptadas. La tarea de todos ellos será fundamental para facilitar a propietarios y comunidades un enfoque técnico de una mejora real que permita el ahorro energético tras la intervención y su finalización segura.
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