En la actualidad, uno de los problemas que más preocupa es la situación del mercado de la vivienda. Aunque siempre se ha dicho que España es un país de propietarios, el alquiler se está posicionando como una tendencia al alza en los últimos años. Pero encontrar una vivienda en alquiler se convierte en una tarea casi imposible para muchos potenciales inquilinos, principalmente jóvenes. Este problema se ve agravado en ciudades como Barcelona, Madrid o Málaga, donde las rentas se han disparado en los últimos meses.
Un conocido refrán dice que el casado casa quiere. Los tiempos han cambiado y las dificultades para tener vivienda propia o en alquiler se mantienen desde hace 2.000 años.
La falta de oferta de viviendas disponibles en algunas zonas y una mayor demanda provocada por las dificultades en conseguir una hipoteca para adquirir la casa que permita una independencia parecen ser las principales causas. Sin embargo, el riesgo percibido por pequeños propietarios, que son los que ponen el 95% de la oferta en el mercado, también está influyendo notablemente. Tanto es así que no deja de aumentar la tendencia entre los arrendadores a pedir cada vez más requisitos a los posibles inquilinos. La nueva Ley del Derecho a la Vivienda impide a los propietarios transferir diversos cargos a los inquilinos.
El seguro de impago de alquiler como solución.
Cuando hablamos del seguro de alquiler, nos estamos refiriendo a una póliza que garantiza a la propiedad el cobro de las rentas de alquiler. No solo cubre los gastos pendientes en caso de incumplimiento por parte del inquilino Además, protege frente a los daños al continente y al contenido que puedan ser ocasionados por el arrendatario y brinda al propietario asistencia jurídica ante posibles conflictos civiles o penales con éste.
De este modo, el seguro de impago de alquiler se convierte en la mejor y más barata garantía que pueden presentar las personas que busquen alquilar una vivienda. Para ilustrarlo vamos a exponer el caso de Carmen y Andrés, una joven pareja que pese a tener trabajos estables no conseguían cumplir su deseo de vivir en el centro de Madrid.
La búsqueda de un alquiler en Madrid.
Carmen y Andrés comenzaron a vivir juntos hace cuatro años. Ambos acababan de incorporarse al mercado laboral, por lo que no tuvieron más remedio que optar por un alquiler asequible en un pequeño pueblo de la periferia de Madrid, a unos 45 minutos en coche del centro de la ciudad. Actualmente, Andrés es profesor de secundaria en un instituto de la capital y Carmen trabaja en un despacho de abogados próximo a Nuevos Ministerios.
Hartos de los atascos, de los elevados gastos en transporte y de la pérdida de tiempo en desplazamientos para acudir a sus puestos de trabajo, o para quedar con sus amigos y familiares, decidieron buscar un piso de alquiler en el centro de Madrid. Pero la misión resultó ser mucho más complicada de lo que tenían en mente.
Aunque sus ingresos conjuntos rondaban los 2.400 euros mensuales, tras casi 5 meses de infructuosa búsqueda no lograron alquilar un piso. La baja oferta de viviendas para arrendar y los exigentes requisitos de los propietarios estaban truncando sus planes de cambio de domicilio. Se encontraban a punto de tirar la toalla cuando recibieron una llamada de la madre de Andrés.
¡No podemos dejar escapar este piso!
“Una compañera de trabajo está pensando en poner en alquiler un piso justo por la zona en que estáis buscando, puedo poneros en contacto con ella”, le dijo a Andrés su madre. La llamaron al momento y quedaron para visitar el piso a los pocos días. La propietaria resultó ser muy agradable y simpática, pero eso no era lo mejor: la vivienda cumplía todas las condiciones que ellos habían soñado. ¡No la podían dejar escapar! Sin embargo, como en otras muchas ocasiones, los requisitos que exigía la propietaria resultaron inasumibles para ellos.
Entristecido y algo decepcionado, Andrés llamó a su madre para contarle la mala noticia. “¿Y si le ofrecéis contratar un seguro de impago de alquiler? He leído un artículo en Internet y creo que podría ser la solución, te lo envío”, acertadamente le propuso su madre. Después de comentárselo a su pareja, Carmen, decidieron planteárselo a la propietaria. Al día siguiente acudieron los tres a nuestra correduría para informarse sobre este tipo de pólizas. Con todo detalle les expusimos las diversas opciones existentes, las características de cada una de ellas y los distintos precios.
Antes de venir a nuestra oficina habían visitado alguna de las páginas que se anuncia con mucho márketing. Les pusimos al tanto de que es muy diferente un servicio de recobro de rentas a un seguro de impago de rentas.
Los beneficios del seguro de alquiler.
La propietaria, Marta, se sintió muy interesada cuando le dijimos que el seguro de alquiler es un magnífico filtro para elegir al inquilino, ya que antes de formalizar el contrato la compañía aseguradora hace un estudio de viabilidad al candidato para comprobar que es solvente. Cuando le expusimos que en el caso de que se produjera el impago del alquiler, sería indemnizada y la aseguradora agilizaría el trámite de recuperación de la vivienda y soportaría los gastos legales que comporta, acabó por convencerse definitivamente. Gracias a la contratación del seguro de impago, Carmen y Andrés por fin consiguieron alquilar el piso que tanto tiempo llevaban buscando en el centro de Madrid. Por su parte, la propietaria se sentía protegida, segura y tranquila gracias a esta magnífica póliza.
Así como el impago del alquiler se ha convertido en uno de los mayores riesgos que corre el propietario de una vivienda arrendada, el seguro de alquiler resulta ser la herramienta perfecta para proteger este activo. Si tienes alguna duda o necesitas más información sobre seguros de alquiler, ponte en contacto con nosotros. En la Correduría de Seguros José Silva hacemos fácil lo complejo.
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