Caso real seguros personales

CASO PRÁCTICO DEL SEGURO DE VIDA

SEGURO-DE-VIDA

El número de ahogamientos en las playas, ríos y piscinas de España se ha visto disparado este verano. Tan solo en el mes de julio, 79 personas han perdido su vida en estos espacios acuáticos. El retorno masivo a las playas después de la pandemia y la subida de las temperaturas, que está afectando a los patrones de los vientos y de las corrientes superficiales, son motivos que podrían explicar el gran aumento de casos de ahogamiento. Sin embargo, los socorristas también apuntan a factores como el escaso número de vigilantes profesionales y la falta de concienciación de algunos bañistas.

Pero detrás de las cifras y motivos de estos sucesos, se esconden trágicos casos reales. Y es que una muerte inesperada, además de provocar dolor, conmoción, aflicción y duelo, puede incluso poner en jaque una economía familiar. En este artículo, mediante un caso práctico, expondremos la importancia del seguro de vida como una herramienta muy valiosa para proteger a personas allegadas, vulnerables o dependientes, en caso de fallecimiento de la persona que les aporta seguridad y amparo económico.

Las minivacaciones de la familia Gutiérrez.

Esteban había sido ascendido hace un par de meses en su trabajo, por lo que la familia Gutiérrez decidió celebrarlo disfrutando de unos días en la costa. Las continuas subidas del euríbor habían encarecido significativamente el coste de su hipoteca, pero gracias al aumento de sueldo de Esteban pudieron alquilar un pequeño apartamento cerca de una preciosa playa.

Victoria, su pareja, y Maya, su hija, salían temprano cada día para disfrutar de las buenas temperaturas y refrescarse en el mar. Él aprovechaba las mañanas para teletrabajar y a medio día se reunía con ellas en un pequeño chiringuito, donde comían juntos. La tarde la pasaban en la playa tomando el sol, dando paseos por la orilla y haciendo castillos de arena con Maya.

El fatal accidente.

El penúltimo día de vacaciones, Esteban decidió dar un paseo por las rocas mientras Victoria y Maya se iban a comprar unos helados. Desde allí observó a un par de adolescentes que parecían tener problemas para salir del agua. No lo dudó un instante y se lanzó al mar desde la zona de rocas para ayudarlos.

Consiguió acercarlos lo máximo posible a la orilla, pero él, exhausto, no pudo salir del agua. Aquel día había bandera roja en la playa debido a las fuertes corrientes. Una moto acuática de Salvamento Marítimo salió en su búsqueda inmediatamente, lograron encontrarlo flotando a varios metros de la costa. Lo llevaron hasta la playa, donde le practicaron sin éxito maniobras de reanimación. Los dos adolescentes no requirieron asistencia médica.

La contratación del seguro de vida.

Años atrás, en el momento de firmar la hipoteca para su nueva casa, Esteban había optado, sabiamente, por rechazar el seguro de vida que le ofrecía la entidad bancaria correspondiente y contar con el asesoramiento independiente y profesional que ofrece una correduría de seguros.

En ella le informaron detalladamente de los capitales que debía cubrir y de las garantías que mejor se adaptaban a la financiación solicitada y a su situación profesional y personal. Después le recomendaron las mejores opciones de seguro de vida existentes en el mercado, de una manera objetiva y profesional. Esteban contrató un seguro de vida cuyos beneficiarios serían su mujer y su hija. Sabía que así les garantizaba total protección ante una eventual situación adversa provocada por su fallecimiento o invalidez, aportándoles una estabilidad económica.

El cobro del seguro de vida.

Inmediatamente en cuanto la correduría de seguros tuvo noticias del trágico fallecimiento de Esteban, se lo comunicó por escrito a la aseguradora junto con todos los documentos necesarios para que los beneficiarios, Victoria y Maya, cobraran la indemnización en el menor tiempo posible. La Ley del Contrato de Seguros dictamina que la aseguradora tiene un plazo máximo de 40 días para pagar la indemnización. De este modo, la familia de Esteban pudo tener en muy pocos días un respaldo financiero inmediato e inembargable que les serviría para hacer frente a los gastos necesarios, como por ejemplo afrontar el pago de la hipoteca. Incluso para cubrir los gastos funerarios.

Debemos tener en cuenta que a la hora de solicitar la indemnización de un seguro de vida pueden surgir algunos obstáculos e inconvenientes que dificulten este proceso: cumplimiento de los plazos, cambios no notificados, problemas con la aseguradora, impuestos… En unos momentos tan duros, nadie debería realizar estos trámites sin el acompañamiento de un profesional independiente que le oriente cómo y en qué términos se debe realizar tan importante gestión.

Si necesitas asesoramiento, tienes alguna duda, o necesitas más información sobre seguros de vida, ponte en contacto con nosotros. En la Correduría de Seguros José Silva hacemos fácil lo complejo.

© José Silva Correduría de Seguros 2023.

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