Si en el momento de contratar un seguro para una segunda vivienda no prestas especial atención a las coberturas, condiciones generales y letra pequeña, o careces de un asesoramiento independiente, profesional e imparcial (como el que ofrece una correduría de seguros), puedes encontrarte en una situación de sobreseguro, insuficiencia de coberturas esenciales infraseguro, etc. En cualquiera de estas situaciones sentirás perjudicados tus intereses.
Nos estamos refiriendo a la protección de la vivienda no habitual, mediante una póliza de seguro específica. Es decir, aquella que se suele utilizar de forma temporal (en vacaciones, fines de semana, etc.), durante un mínimo de 15 días al año, y que no constituye residencia habitual.
¿Cómo asegurar correctamente una segunda vivienda?
Los seguros para una segunda vivienda tienen algunas diferencias con los de la vivienda habitual. En primer lugar, si prescindes del asesoramiento profesional de un mediador cuando vayas a realizar su contratación, es necesario que sepas como declarar o activar la casilla (casi invisible, pero de máxima importancia) que indica que se trata de una segunda vivienda.
Después de identificar correctamente la tipología de vivienda, debemos tener en cuenta otros aspectos básicos que pueden suponer que pierdas el derecho a ser indemnizado o sufrir la aplicación de la regla de equidad (reducción de la indemnización cuando la descripción del riesgo no se corresponde con la realidad) si ocurre un siniestro en tu segunda residencia. Por ejemplo, ubicación exacta, medidas de seguridad activas y pasivas, calidad de la construcción, superficie construida y año de construcción, anexos y tiempo de uso. Por supuesto todos los datos deben ser ciertos. En este punto, recuerda que el asesoramiento de un profesional no encarece tu seguro.
¿Por qué es tan importante la tipología de la vivienda?
Es muy sencillo: para que el seguro sea eficaz y nuestra segunda vivienda esté totalmente protegida, la compañía de seguros necesita conocer el riesgo que se pretende asegurar.
La obligación de suministrar los datos corresponde al Tomador del seguro. Si existe información falsa o errónea, para conseguir el seguro o reducir su precio, nos exponemos a la regla de equidad, al infraseguro o incluso la cancelación de la póliza si existió mala fe.
¿Es obligatorio el seguro para una segunda vivienda?
Salvo si está hipotecada, no existe obligación de aseguramiento de este tipo de vivienda. Sin embargo, por su elevada exposición a distintos riesgos, resulta muy recomendable dedicar una pequeña cantidad de dinero a su protección.
Una vivienda que no se ocupa de forma habitual está más expuesta al robo, a la ocupación, a los daños atmosféricos, eléctricos o por rotura de tuberías de agua. Además de los posibles daños en tu segunda vivienda habrá que hacer frente a los causados a colindantes, que pueden ser otros inmuebles, viales, urbanización, cultivos o personas.
Por lo expuesto esperamos haberte concienciado de la importancia de tener contratado un seguro de hogar para tu segunda vivienda, que cuente con las coberturas necesarias que nos permitan gestionar los posibles siniestros a distancia y sin complicaciones.
¿Qué recomendamos para asegurar una segunda vivienda?
Ante todo, confiar en un profesional de la mediación en seguros. A continuación, delegar en él la elección de la compañía a la cual traspasar los riesgos, a cambio de una prima razonable y equilibrada.
Nuestros técnicos están bien entrenados para asesorar en la contratación de un seguro de hogar para esa segunda residencia. Hay más de 200 modalidades en el mercado, que incluyen coberturas básicas y opcionales adaptables a tus particularidades.
En los seguros multirriesgo, la técnica aseguradora impone la contratación de la garantía de daños por incendio o explosión y a partir de ahí otras optativas, tales como robo, daños por agua, eléctricos y responsabilidad civil.
Los fenómenos atmosféricos es otra cobertura recomendable en segundas residencias, especialmente si la vivienda vacacional está situada en zonas de montaña, costa o playa. Los daños estéticos permitirán recomponer la estética de la estancia afectada por un siniestro. Los servicios adicionales de asistencia y bricolaje, en poblaciones lejanas al casco urbano, serán de gran utilidad.
Nuestro consejo es contratar siempre estas cobertura para el continente y contenido, de este modo ponemos un paraguas de protección integral ante daños en la vivienda como a los objetos que se encuentren en su interior.
¿Y si la segunda vivienda está deshabitada?
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), una vivienda deshabitada es aquella que no es la residencia habitual de ninguna persona ni es utilizada de forma estacional, periódica o esporádica por nadie. Esta peculiaridad requiere un tratamiento particular, ya que:
- En un inmueble que no está habitado el riesgo de siniestros desconocidos es muy elevado y, por lo tanto, tiene más posibilidades que una primera o segunda vivienda de causar importantes consecuencias económicas para sus propietarios.
- El hecho de no vivir en una propiedad no exime de la obligación legal de responder de los daños. Por lo tanto, si se produce algún siniestro que afecte a terceros, se deberá hacer frente económicamente tanto a los desperfectos propios como a los reclamados por los afectados.
Sabedores de que un inmueble supone un gran esfuerzo económico adquirirlo, al menos aconsejamos suscribir un seguro de daños al continente, un seguro de responsabilidad civil y la defensa jurídica.
¿Qué hago si he cambiado el uso de la vivienda asegurada?
Ante un cambio de uso, tenemos la obligación de informar inmediatamente a la compañía aseguradora. En este caso, siempre es recomendable acudir al mediador del seguro, para que lo transmita a la compañía con el fin de adaptarlo a la tipología correcta, mediante un suplemento y recibo si correspondiese. En caso contrario quedamos expuestos a las exclusiones y limitaciones del contrato.
Hablamos de lo que sabemos, ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos. Déjalo en nuestras manos expertas, no pagarás más por ello. Hacemos fácil lo complejo.
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